La lechuga romana es una de las más consumidas en España. El color de las hojas pueden variar entre el amarillo y el verde oscuro dependiendo de la temporada y el lugar de cosecha.
Su textura es muy crujiente con un sabor ácido y levemente picante. También tiene cierto regusto almendrado.
Su consumo aporta vitaminas C, ácido fólico, potasio, hierro, calcio y fósforo. Además, es muy baja en grasas e hidratos de carbono. Es por esto por lo que se recomienda para cualquier dieta por ser baja en calorías.